San Diego, California — Felipe de Jesús Rosales-Herrera, residente de Riverside, fue sentenciado hoy en un tribunal federal a 10 años de prisión por liderar una operación de contrabando de migrantes a gran escala. El esquema, que resultó en más de 100 migrantes traficados a través de la frontera entre EE. UU. y México, causó una fatalidad y puso en riesgo muchas vidas.
Según documentos judiciales, Rosales-Herrera organizó una red de guías y conductores para transportar migrantes desde la frontera hacia EE. UU. Cobró aproximadamente $10,000 por persona por estos cruces ilegales, canalizándolos a casas de seguridad una vez dentro del país.
Su operación llevó a múltiples persecuciones a alta velocidad y accidentes, poniendo en peligro no solo a los migrantes, sino también a las fuerzas del orden y al público. Un accidente mortal el 25 de diciembre de 2021 marcó un trágico punto de inflexión en la conspiración.
A pesar de ser consciente del incidente fatal, Rosales-Herrera y sus co-conspiradores, incluidos conductores como John Douglas Oglesby III, continuaron con sus actividades de contrabando. El conductor de Rosales-Herrera, Kevin Antonio Quevedo-Moncada, huyó de la Patrulla Fronteriza durante el evento navideño, resultando en una persecución a alta velocidad que terminó en un accidente, causando la muerte de un migrante y heridas críticas a otros dos.
La jueza de distrito de EE. UU. Cathy Ann Bencivengo condenó a Rosales-Herrera por anteponer las ganancias a las vidas humanas. “Comerciaste con la vida humana, traficando personas… para llenar tus propios bolsillos,” declaró. Los co-demandados Alejo-Cruz y Oglesby ya han sido sentenciados, mientras que un cómplice restante, Miguel Isaac Villa-Gómez, espera su sentencia más adelante este año.
El contrabando de migrantes y la trata de personas son delitos separados; sin embargo, ambos implican la explotación de individuos vulnerables para obtener ganancias económicas. Este caso destaca los riesgos que enfrentan los migrantes, ya que las redes criminales a menudo los tratan como mercancías, colocándolos en situaciones peligrosas y potencialmente mortales.